jueves, 7 de febrero de 2013

El Eterno Retorno VI

Me aterrorizan las entradas de las cuevas,
las únicas salidas
y el camino estrecho.

Me supera la continuidad de la línea recta,
la profunda oscuridad,
el vacío en el pecho.

Me veo en la incansable furia del viento y el mar,
trato de gritar,
pero imagino (sentir) la calma de la oscuridad y el silencio
y grito, y lloro, y no muero
porque entonces no podría ver,
ni gritar, ni sentir, ni escuchar.

La eterna nada nos aguarda,
sin percibir lo atroz
del silencio y la ceguera.
Creyéndonos felices
sin ver ni oír.

Escrito el miércoles 6 de febrero de 2013.
Aleera Jezhebel

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