martes, 28 de julio de 2020

Dejar huella

Mis pisadas no son de las que marcan el terreno.
Son de las que derriban castillos y hunden los pies hasta los tobillos.
Y, aún así, cuando una ola inunda los surcos de mis dedos, desaparecen y se funden con la sal.
Y ya no habrá huella cuando amanezca, pero nuevos castillos habrán sido construidos;
para entonces yo estaré muy lejos de aquel lugar.
Sucede que las aceras me parecen ordinarias, y las rocas una trampa de eternidad.

Pero sigo caminando en orillas, sobre arena, porque siento que algún día caminaré sobre las aguas


Diciembre 2016

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